Fátima atormentada por los celos no prestó atención a lo que estaba haciendo y se cortó y metió la mano dentro del cazo en el que estaba cocinando la sémola y no se dio cuenta ni del corte ni de que se estaba quemando, ya que el mayor dolor lo sentía en su corazón.
Alí se percató de lo que pasaba y fue a ayudarla pero luego regresó a la habitación con la nueva concubina y cuando Fátima vio a Alí besar a su nueva mujer, una lágrima salió de los ojos de Fátima y fue a posarse en Alí, haciéndole entender así el gran amor que ella sentía por él convenciéndolo para que renunciara a su concubina.
Por esta leyenda el que lleva este amuleto recibe el don de la paciencia y trae fortuna y riqueza, paz y prosperidad.